Geología
La Sierra de Espadán constituye una alineación montañosa triásica con alternancia ácido-base en los materiales geológicos y en los suelos; posee un gran interés tectónico y un modelado geomorfológico caracterizado por abruptas crestas y lomas más suaves y redondeadas, pasando en pocos kilómetros desde el nivel del mar hasta los 1.106 m del pico de la Rápita.
Existe un marcado predominio del Triásico inferior y medio, no obstante, dada su gran complejidad, también abundan los materiales jurásicos y, a través de los pliegues y fallas que la conforman afloran los materiales paleozoicos en términos municipales como Higueras, Pavías, Villamalur y Torralba.
Los tres elementos del terreno triásico (areniscas, calizas y margas), que dominan en el Parque Natural de la Sierra de Espadán, imprimen un carácter particular tanto en la orografía como la hidrografía de la región que ocupa.
Las areniscas, entre las que destacan las del Buntsandstein, compuestas por granos angulosos de sílice, aparecen en capas superpuestas, permeables y de espesor variable, dispuestas en posición oblicua, dando lugar a montañas de gran elevación, angulosas y con agudas crestas, cuya inclinación ocasiona profundos barrancos o torrenteras, donde las aguas que no resbalan, filtran dando lugar a numerosas fuentes. Suelen contener minerales como cobre, cobalto, cinabrio.
Las margas se presentan en forma de talud en las faldas de las montañas de rodeno o en forma de colinas redondeadas y surcadas de angostos barrancos; suelen llamar la atención el brillo y el color (rojizo, amarillento o morado) de sus cristales de yeso, a lo que deben su denominación de margas irisadas.
La sierra está formada por un inmenso anticlinal, en el cual, la disposición de los materiales que lo conforman queda modificada por numerosos pliegues, fallas, encabalgamientos simples e inversos, confiriéndole gran relevancia tectónica.